YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO CAÑADA DEL SANTO
Los restos documentados en la Cañada del Santo apuntan a la existencia de una necrópolis de incineración caracterizada por enterramisntos muy sencillos consistentes en hoyos practicados en el suelo- cremaciones con urna- y sin ninguna regularización. Se observa, por tanto, un elevado nivel de sencillez, así como una falta de monumentalidad o elemnetos suntuosos, tales como enterramientos bajo túmulos o presencia en las tumbas de grandes ajuares, si bien las estructuras tumulares han sido difíciles de apreciar dado el nivel de arrasamiento que presentaba la necrópilis en el momento de la excavación arqueológica. Esto ha sido debido a varios factores: las labores agrñicolas llevadas a cabo en la zona durante años y a la acción de las máquinas al desmontar el terreno para la construcción dela futura carretera.
Observamos el abirramamiento típico de los enterramientos por lo que no debió existir ningún tipo de planificación interna. Sin embargo, no hay más que un nivel de deposición y no hay una superposición de unas tumba scon otras, quizá por le grado de arrasamiento de la necrópilis en el momento de la excavación.
La necrópilis, cuya extensión en muy difícil de precisar, está emplazada en una llanura. Salvo excepciones, las necrópilis tenían un vínculo visual con los poblados, así que, seguramente, el asentamiento urbano debió estar en las proximidades ya que la necrópolis tuvo que ser visible desde allí.
En nuestro caso, quizá existió un especial interés por ubicarla cerca de un camino de paso, tal vez el mismo que daba acceso al asentamiento del que dependía. En los alrededores hemos podido observar restos de una posible vía, si bien no podemos afirmarlo con rotundidad dado que los restos localizados no son del todo contundentes.
Los cuerpos eran cremados y, postreiormente, aquellos restos óseos que quedaban así como algunos objetos personales- también quemados- durante la incineración eran depositados en el interior de unas toscas, dentro de las cuales introdujeron pequeños recipientes quizá para ofrendas (bebidas o comidas) o para hacer libaciones. Fuera de las urnas y junto a las mismas también se slían amortizar algunos objetos personales que no eran considerados bienes de transmisión familiar. Tras un estudio en profundidad pensamos que, en la Cañada del Santo, la mayoría de ellos iban en la interior pero dado que muchas tumbas estaban reventadas algunos materiales aparecían esparciados.
Es la rpesencia o ausencia de objetos, lo que nos muestra algún indicio sobre la diferencia social de los individuos enterrados. Si bien no existe una nomalización en cuanto a los materiales que deben estar rpesentes en los ajuarse pues son diversas las asociaciones de materiales en el interior de las mismas, como tampoco existe una seguridad absoluta respecto a la asociación de materiales sgún los sexos.
A través del estudio del registro funerario podemos conocer la ideología y las características de la sociedad que los creó.